Los guardianes del bosque

Hubo un tiempo en que  los hombres y los árboles , tuvieron una alianza de protección mutua. Los árboles, crecían formando ciudades llamadas bosques, que cobijaban plantas y animales que a los humanos cazadores- recolectores que vivían en abrigos y cuevas, les servian de sustento.
Y era una alianza buena para ambas partes, basada en el respeto y la mutua confianza. 

Unos como parte de su alianza,  permitian a los hombres que estos usasen los cadáveres de sus congéneres  para que fabricasen útiles y se aprovechasen para mantener vivo el fuego.
Los otros solo hacían sus fuego dentro de sus cuevas y abrigos, y así evitaban la propagación de incendios, y tambien como muestra de respeto y colaboración, enterraban a sus seres queridos, en la base de un tronco, y con ello abonaban la tierra que alimentaban sus raices.

Pero un dia el hombre, modificó su forma de vivir. Dejó de ser cazador-recolector y comenzó a cosechar semillas y a domesticar animales que les proporcionaban alimentos en mayor abundancia, y este cambio de alimentación necesitó de mayor espacio para sembrar.
Entonces el hombre, taló arboles e incendió bosques, para poder así conseguir una mayor superficie de siembra. Y de esta manera, rompió la alianza secular entre los arboles y los hombres.

Desde entonces los bosques se protegen, vigilandonos. 

Cortan los caminos, sacrificando a los más debiles de los suyos. Se esfuerzan por hacer crecer de forma desaforada a otras especies vegetales con las que tienen alianzas, para impedirnos el paso, esconden y protegen  a los animales y colocan observadores que avisan de nuestra presencia  a sus congéneres, comunicándose a través de sus raíces, de sus ramas y de sus hojas.
Cuando camineis por un bosque, nunca penseis que nadie os ve. Aunque no se esconden, nos vigilan a través de los guardianes del bosque. Saben que si no lo hacen, ponen en peligro su propia existencia. Si observais con atención, posiblemente veáis alguno.



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